viernes, 5 de febrero de 2016

La música es medicina

La música es medicina: sobre las propiedades medicinales, 
comprobadas, de este arte

UN EXTENSO ANÁLISIS DE 400 ESTUDIOS CIENTÍFICOS, POSTULA 
A LA MÚSICA COMO UNA DE LAS MÁS GRANDES HERRAMIENTAS 
MEDICINALES QUE TENEMOS; OJALÁ ESTO DETONE UNA NUEVA 
ERA MÉDICO-MUSICAL.

POR: JAVIER BARROS DEL VILLAR

CIENCIA-Y-TECNOLOGÍA / NEUROCIENCIA-CIENCIA-Y-
TECNOLOGÍA
Hace unos 2500 años, Platón advertía que “La música es una ley moral. 
Dota de alma al universo, de alas a la mente, permite a la imaginación 
volar, da encanto y alegría a todas las cosas, a la vida misma”. Pero 
entre las bondades que adjudica acertadamente a este arte, uno de lo
s grandes iniciados de la antigua Grecia olvidó mencionar que también, 
como dice el viejo adagio, la música es medicina.

Recientemente publicamos una serie de beneficios que la música aporta 

a nuestra mente, entre ellos mitigar la ansiedad y acentuar la alegría. Sin
 embargo, de acuerdo a un nuevo análisis de 400 reportes científicos 
anteriores, el cual realizaron psicólogos de la McGill University, en 
Canadá, parece que hoy tenemos argumentos contundentes para 
postular a la música como una efectiva herramienta de sanación.

Curiosamente, al menos desde que el hombre tuvo acceso a reproducir 

música con cierta autonomía, supongo que mediante el fonógrafo, la 
música ha sido uno de los medicamentos que mayor auto-prescripción 
han inspirado. ¿Cuántos de nosotros no recurrimos cotidianamente a 
incentivar o matizar un estado anímico, para calmarnos o para 
excitarnos, dosificándonos con un cierto track para ello? Y si bien desde 
hace tiempo se emplean estímulos musicales dentro de contextos 
médicos, por ejemplo para favorecer la relajación o disminuir el dolor 
físico, lo cierto es que hasta ahora este era un recurso de algún modo
 ‘intuitivo’.

Las conclusiones 

obtenidas a partir de este extenso análisis fueron publicadas por Mona 
Lisa Chanda y Daniel Levitin, bajo el título The Neurochemistry of Music.
 Los autores lograron identificar cuatro áreas médicas en las que la música puede servir concretamente:

1. Recompensa, motivación y placer: por ejemplo, ayudar a tratar 

desórdenes alimenticios.

2. Estrés: reducir ansiedad.

3. Inmunidad: fortalecer nuestro sistema inmunológico


4. Afiliación social: facilitar la construcción de lazos afectivos y la 

cooperación.

Dichas áreas están conectadas con sus respectivos sistemas primarios 

neuroquímicos: dopamina y opiáceos, cortisol, serotonina y oxitocina.

Entre el acervo de estudios que determinaron diversas bondades 


neuromusicales, Chanda y Levitin reportan, por ejemplo, quince estudios 

que prueban que la música relajante reduce la presencia de cortisol (la 

hormona que produce el estrés) en las personas. También citan otra 

investigación que confirmó que participar en sesiones colectivas de 

percusiones revierte ciertos efectos del envejecimiento. Pero tal vez el 

más preciado ‘re-descubrimiento’, es un estudio donde se prueba que 

aquellos pacientes que escucharon música placentera previo a recibir 

una cirugía mostraron menores niveles de ansiedad incluso frente a 

aquellos pacientes a quienes se dosificó Valium en circunstancias 

similares.

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