1. Piña. Contiene una enzima, la bromelina, que favorece la
digestión, pero este no es su único efecto: más de 800 estudios científicos
demuestran sus propiedades antiinflamatorias y regeneradoras de los tejidos,
por lo que da firmeza a la piel y aumenta la resistencia del tejido conjuntivo.
Conviene comer media piña bien madura dos o tres veces por semana.
2. Huevo. Regala elasticidad a la piel y al cabello gracias
a su vitamina hidrosoluble biotina (vitamina B8). En caso de tener normal el
nivel de colesterol se pueden tomar tres huevos por semana, preferentemente
pasados por agua, y uno en caso de que estén elevados.
3. Guisante. Esta legumbre presenta una excelente
combinación de sustancias activas, compuesta de vitaminas (C y sobre todo del
grupo B), minerales (calcio, magnesio, hierro…) y oligoelementos (flúor,
fósforo, cinc, níquel…). Los guisantes no sólo resultan muy nutritivos sino que
mejoran la apariencia de la piel y el cabello. Se toman 200 g una o dos veces
por semana.
4. Lechuga. Es un alimento de eficacia reconocida para
luchar contra el envejecimiento prematuro. Su agua, betacaroteno y vitamina C
favorecen la renovación de la piel, en especial cuando su aspecto es reseco y
escamoso. El descanso es indispensable para el buen estado de la piel y la
lechuga ayuda a conciliar el sueño gracias a una sustancia lechosa
tranquilizante presente en la base de las hojas. Se toman 50 g dos veces por
semana junto con cebolla, que potencia su efecto.
5. Grosella. Con un gran contenido en betacaroteno,
vitaminas E y C, favorece la renovación celular y de esta manera ayuda a
mantener la piel sin arrugas. Se toman
150 g de grosellas negras dos o tres veces por semana.
6. Melón. En especial si es de la variedad cantalupo, protege
la piel de la acción de los rayos UVA y UVB gracias a su betacaroteno. En la
estación del sol es recomendable tomar varias veces por semana medio melón, que
además resulta muy refrescante.
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