Lo que nos hace envejecer es un
edificio de creencias erróneas que debemos derrumbar del todo y comenzar a
pensar con unos nuevos cimientos de creencias liberadoras y sanadoras:
1. Existe un mundo objetivo,
independiente del observador, y nuestros cuerpos son un aspecto de este mundo
objetivo.
2. El cuerpo está compuesto por
masas de materia, separadas entre sí en el tiempo y el espacio.
3. Mente y cuerpo son cosas
separadas e independientes la una de la otra.
4. El materialismo es primario,
la conciencia es secundaria. En otras palabras, somos máquinas físicas que han
aprendido a pensar.
5. La conciencia humana puede ser
explicada por completo como producto de la bioquímica.
6. Como individuos, somos
entidades desconectadas y autosuficientes.
7. Nuestra percepción del mundo
es automática y nos brinda una imagen adecuada de cómo son realmente las cosas.
8. Nuestra verdadera naturaleza
queda totalmente definida por el cuerpo, el yo y la personalidad. Somos briznas
de recuerdos y deseos encerrados en paquetes de carne y huesos.
9. El tiempo existe como absoluto
y somos cautivos de ese absoluto. Nadie escapa a los estragos del tiempo.
10.El sufrimiento es necesario;
forma parte de la realidad. Somos víctimas inevitables de la enfermedad, el
envejecimiento y la muerte.
Empecemos el nuevo edificio:
1. El mundo físico, incluidos
nuestros cuerpos, es una reacción del observador. Creamos el cuerpo según
creamos la experiencia de nuestro mundo.
2. En su estado esencial, el
cuerpo está compuesto de energía y de información, no de materia sólida. Esta
energía e información es un afloramiento de infinitos campos de energía e
información que abarcan el universo.
3. La mente y el cuerpo son
inseparablemente uno. La unidad que soy yo se separa en dos corrientes de
experiencia. Experimento la corriente subjetiva como ideas, sentimientos y
deseos. Experimento la corriente objetiva como mi cuerpo. Sin embargo, en un
plano más profundo las dos corrientes se encuentran en una sola fuente
creativa. Es a partir de esta fuente desde donde debemos vivir.
4. La bioquímica del cuerpo es un
producto de la conciencia. Creencias, pensamientos y emociones crean las
reacciones químicas que sostienen la vida en cada célula. Una célula envejecida
es el producto final de la conciencia que ha olvidado cómo mantenerse nueva.
5. La percepción parece ser
automática, pero en realidad es un fenómeno aprendido. El mundo en que vives,
incluida la experiencia de tu cuerpo, está completamente inspirado en el modo
en que aprendiste a percibirlo. Si cambias tu percepción, cambias la
experiencia de tu cuerpo y de tu mundo.
6. Hay impulsos de inteligencia
que crean en tu cuerpo formas nuevas a cada segundo. Lo que tú eres equivale a
la suma total de estos impulsos y, al cambiar sus esquemas, cambiarás tú.
7. Aunque cada persona parezca
separada e independiente, todos nosotros estamos conectados a patrones de
inteligencia que gobiernan el cosmos entero. Nuestros cuerpos son parte de un
cuerpo universal; nuestras mentes, un aspecto de la mente universal.
8. El tiempo no existe como
absoluto; sólo la eternidad. El tiempo es eternidad cuantificada, atemporalidad
cortada por nosotros en fragmentos y trozos (segundos, horas, días, años). Lo
que llamamos tiempo lineal es un reflejo de nuestro modo de percibir el cambio.
Si pudiéramos percibir lo inmutable, el tiempo dejaría de existir tal como lo
conocemos. Podemos aprender a re-comenzar a metabolizar lo inmutable, la
eternidad, lo absoluto. Al hacerlo estaremos listos para crear la fisiología de
la inmortalidad.
9. Cada uno de nosotros habita
una realidad que se encuentra más allá de todo cambio. En lo más profundo de
nosotros, sin que lo sepan los cinco sentidos, existe un íntimo núcleo de ser,
un campo de inmutabilidad que crea la personalidad, el yo y el cuerpo. Este ser
es nuestro estado esencial; es quien realmente somos.
10.No somos víctimas del envejecimiento,
la enfermedad y la muerte. Éstos son partes del escenario, no del espectador,
que es inmune a cualquier forma de cambio. Ese espectador es el espíritu, la
expresión del ser eterno.
Deepak Chopra, “Cuerpos sin edad,
mentes sin tiempo”
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