viernes, 23 de diciembre de 2016

ABRAZA TU NIÑO INTERIOR.-


«Cuando recuperamos nuestra infancia,
el amor vence al miedo».
TOM ROBBINS
Todos nuestros problemas actuales, sean de amor, de dinero, sexuales o de relación, tienen la base en nuestra historia personal, en haber desarrollado ciertos patrones en vez de otros, dependiendo de
las experiencias que nos ha tocado vivir.
Permitimos que nos sigan causando problemas si no hemos integrado o resuelto esos traumas
de nuestra infancia o necesidades no satisfechas que nos siguen condicionando en el presente.
Nuestro pasado es como los fantasmas que nos rondan, convirtiéndose en una pesadilla, hasta que nos
tomamos el tiempo suficiente para ayudarles a pasar a la luz.
Todo lo que nos ha sucedido en nuestra infancia, seamos conscientes o no, nos deja una huella indeleble, nos marca y nos condiciona,
y a partir de ahí vamos filtrando la vida desde esas experiencias.
Es como si esas experiencias fueran gafas a través de las cuales vemos la vida y estas tendrán cristales de diferentes colores según las experiencias que hemos vivido.
Las sensaciones que vivimos en nuestro cuerpo, las emociones que sentimos, los impulsos que nos llevan a tener determinados comportamientos, la forma
en que nos explicamos lo que sentimos y hacemos, nuestras necesidades, deseos, frustraciones, conflictos… nos condicionan. Van dejando una forma de ver la vida, de experimentarnos a nosotros
mismos y a los demás, y hacen que desarrollemos un determinado tipo de personalidad o sistema defensivo y/o protector o máscara que nos ayudará a defendernos de las influencias del entorno.
Fuente: Victoria Cadarso
Extracto de su libro:" Nunca es tarde para sanar tu infancia."
NAMASTE

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