Hace ya bastante
que uno de mis hijos me dijo porque no escribía en mi blog así podía
estar más conectada en este mundo globalizado.
Todo
cambia tan rápidamente que cuando nos damos cuenta han pasado horas, días, meses
y hasta años.
Debemos
aprender tanto en tan poco. Soñamos muchas veces que tenemos mucho tiempo hacia
adelante para lograr todas nuestras metas pero no es así. Sobre todo porque
muchas veces haciendo muchas cosas del diario hacer, nos olvidamos de vivir al máximo, siempre
dejamos para otro día u otra vez, cuando
deberíamos trabajar y disfrutar como si
hoy fuera el último día.
Por
eso debemos trabajar porque el trabajo nos hace lograr cosas económicas para
sentirnos útiles y para ser útiles a la sociedad pero también debemos disfrutar
cada instante que podamos de la vida, de la naturaleza y estar atento a todas
las señales, compartiendo con los seres
que mas queremos. Es importante estar en contacto con la naturaleza, playas, bosques, montañas, todo lo que nos transmita energía
y vida, porque cuando más estamos junto a ella más nos recargamos y más tenemos
claridad de mente.
A veces el barullo del trajín
diario de las ciudades no nos dejan ver con claridad, porque es tanto que
corremos de un lado a otro que cuando salimos de nuestra casa es en la mañana
y cuando regresamos es en la noche, ¿cómo llegamos? agotados, malhumorados, sin
ganas de nada, ni de dialogar con nuestra pareja ni con nuestros hijos, cerrándonos
a toda comunicación y a todo diálogo.
Por eso disfrutemos con
nuestra familia esos instantes mientras nuestros hijos son pequeños o adolescentes
para no perder ese tiempo que es un milagro de Dios. Disfrutemos este milagro
de Dios con nuestra pareja pero viviendo intensamente cada momento porque esa
es la vida, la felicidad muchas veces son instantes pero hagamos que esa
felicidad sea eterna.
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