domingo, 22 de marzo de 2015

La vida...

Hace ya bastante  que uno de mis hijos me dijo porque no escribía en mi blog así podía estar más conectada en este mundo globalizado.
Todo cambia tan rápidamente que cuando nos damos cuenta han pasado horas, días, meses y hasta años.
Debemos aprender tanto en tan poco. Soñamos muchas veces que tenemos mucho tiempo hacia adelante para lograr todas nuestras metas pero no es así. Sobre todo porque muchas veces haciendo muchas cosas del diario hacer,  nos olvidamos de vivir al máximo, siempre dejamos para otro día u otra vez,  cuando deberíamos  trabajar y disfrutar como si hoy fuera el último día. 
Por eso debemos trabajar porque el trabajo nos hace lograr cosas económicas para sentirnos útiles y para ser útiles a la sociedad pero también debemos disfrutar cada instante que podamos de la vida, de la naturaleza y estar atento a todas las señales,  compartiendo con los seres que mas queremos. Es importante estar en contacto con la naturaleza, playas,  bosques, montañas, todo lo que nos transmita energía y vida, porque cuando más estamos junto a ella más nos recargamos y más tenemos claridad de mente.
A veces el barullo del trajín diario de las ciudades no nos dejan ver con claridad, porque es tanto que corremos de un lado  a otro que cuando salimos de nuestra casa es en la mañana y cuando regresamos es en la noche, ¿cómo llegamos? agotados, malhumorados, sin ganas de nada, ni de dialogar con nuestra pareja ni con nuestros hijos, cerrándonos a toda comunicación y a todo diálogo.  

Por eso disfrutemos con nuestra familia esos instantes mientras nuestros hijos son pequeños o adolescentes para no perder ese tiempo que es un milagro de Dios. Disfrutemos este milagro de Dios con nuestra pareja pero viviendo intensamente cada momento porque esa es la vida, la felicidad muchas veces son instantes pero hagamos que esa felicidad sea eterna. 


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