domingo, 22 de marzo de 2015

El mensajero “Búho”

Hace varios años sucedió un hecho extraño, estábamos pasando por un periodo muy difícil por mi papa de 77 años estaba enfermo de un cáncer a nivel de todos los huesos pero también estaba en distintos órganos, ya dado de alta del sanatorio no dejamos que estuviera sus últimos días ahí y fue para casa. Vivimos en las afueras de Montevideo donde está en contacto con la naturaleza, desde una cama él podía observar los arboles, las plantas y los pájaros como le gustaba. Fue para mí una persona muy especial la cual siempre decía que él trabajaba con la mente no hacía esfuerzos físico porque todo lo podía lograr una persona que tenía mucha fe en todo lo paranormal. Era muy sensible, le podías hablar de cualquier tema porque todo lo comprendía y lo sabía.
En ese período en la churrasquera apareció un búho pequeño de 40 cm aproximadamente, miraba a todos y a todo desde el parrillero, muchas veces bajaba a donde estaba los ladrillos y se quedaba en la parrilla, no se fue durante aproximadamente 15 días, volaba y volvía, se quedaba en nuestro entorno. Mamá una vez lo hecho, voló y volvió, en su vuelo se poso en su hombro izquierdo, ella se asustó mucho porque no se quería ir de ahí, en un momento lo hecho y volvió a la parrilla. Recién hoy me doy cuenta que era un mensajero de que a papá le quedaba poco tiempo de vida, que cuando se poso en el hombro de mi mamá le estaba dando fuerza para que sintiera que no estaba sola, que había seres invisibles que estaban rodeándonos.
Crean o no crean yo sentí su presencia, por eso sé que existe una vida más allá de la muerta, mi papá lo creía también. El Búho desapareció después que papá falleció, lo acompañó.
A través de diferentes culturas el búho ha sido el mensajero de la vida y de la muerte, es muy difícil encontrarlo en una casa. Nunca había aparecido uno en mi casa en más de 50 años.
Esto es una historia real, por eso la transmito para compartirla con todos ustedes.

Debemos aprender a ver las señales………..



La vida...

Hace ya bastante  que uno de mis hijos me dijo porque no escribía en mi blog así podía estar más conectada en este mundo globalizado.
Todo cambia tan rápidamente que cuando nos damos cuenta han pasado horas, días, meses y hasta años.
Debemos aprender tanto en tan poco. Soñamos muchas veces que tenemos mucho tiempo hacia adelante para lograr todas nuestras metas pero no es así. Sobre todo porque muchas veces haciendo muchas cosas del diario hacer,  nos olvidamos de vivir al máximo, siempre dejamos para otro día u otra vez,  cuando deberíamos  trabajar y disfrutar como si hoy fuera el último día. 
Por eso debemos trabajar porque el trabajo nos hace lograr cosas económicas para sentirnos útiles y para ser útiles a la sociedad pero también debemos disfrutar cada instante que podamos de la vida, de la naturaleza y estar atento a todas las señales,  compartiendo con los seres que mas queremos. Es importante estar en contacto con la naturaleza, playas,  bosques, montañas, todo lo que nos transmita energía y vida, porque cuando más estamos junto a ella más nos recargamos y más tenemos claridad de mente.
A veces el barullo del trajín diario de las ciudades no nos dejan ver con claridad, porque es tanto que corremos de un lado  a otro que cuando salimos de nuestra casa es en la mañana y cuando regresamos es en la noche, ¿cómo llegamos? agotados, malhumorados, sin ganas de nada, ni de dialogar con nuestra pareja ni con nuestros hijos, cerrándonos a toda comunicación y a todo diálogo.  

Por eso disfrutemos con nuestra familia esos instantes mientras nuestros hijos son pequeños o adolescentes para no perder ese tiempo que es un milagro de Dios. Disfrutemos este milagro de Dios con nuestra pareja pero viviendo intensamente cada momento porque esa es la vida, la felicidad muchas veces son instantes pero hagamos que esa felicidad sea eterna.